Mario Casasús: “La Fundación Neruda defiende el orden legal de Pinochet”

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Mario Casasús: “La Fundación Neruda defiende el orden legal de Pinochet”

Por Annalisa Melandri — 1/05/2103

Entrevista exclusiva para LINKIESTA

 

“Dejo a los sindicatos
del cobre, del carbón y del salitre
mi casa junto al mar de Isla Negra.
Quiero que allí reposen los maltratados hijos
de mi patria, saqueada por hachas y traidores,
desbaratada en su sagrada sangre,
consumida en volcánicos harapos”                    
Pablo Neruda. Testamento I, Canto general (México, 1950)
 

El periodista mexicano y nerudista Mario Casasús es coautor, junto al sociólogo chileno Francisco Marín, del polémico libro “El doble asesinato de Neruda” (Ocho Libros Editores) presentado en la Feria del Libro de Santiago el 31 de octubre de 2012.

En esa publicación los autores recogen el testimonio y la denuncia de Manuel Araya, quien había sido nombrado por el Partido Comunista de Chile como chofer, guardaespaldas y asistente del  poeta Pablo Neruda y que trabajó al servicio del mismo hasta el día de su muerte, ocurrida en la Clínica de Santa María de Santiago de Chile, la noche del 23 de septiembre de 1973.

Pablo Neruda se encontraba hospitalizado en la clínica protegiéndose de los militares y en la espera de viajar hacia Ciudad de México ya que el gobierno de ese país le había otorgado el asilo político debido a la situación que atravesaba Chile, donde 12 días antes se había  instalado la dictadura militar al mando del general Augusto Pinochet.

La versión oficial de la muerte de Neruda refiere un agravado del cáncer de próstata del que sufría el poeta desde ya casi dos años. Sin embargo, Manuel Araya nunca creyó en la historia oficial. Denuncia que el mismo Pablo Neruda pocas horas antes de su muerte le comunicó que un médico le había hecho una extraña inyección en el estómago por la cual éste se había inflado mucho, y se dice seguro que el poeta fue asesinado por agentes de la dictadura.  Después de haber recibido la  llamada de Neruda el 23  de septiembre, Manuel Araya fue secuestrado por los militares y detenido en el Estadio Nacional donde fu sometido a violentas torturas por ser  el hombre de confianza del “comunista Neruda”. Sólo al salir de allí, 45 días más tarde, se enteró de que el poeta había muerto.

El juez chileno Mario Carroza, ha ordenado la reapertura del caso y la exhumación del cadáver de Pablo Neruda se ha realizado el pasado 8 de abril. El cuerpo del poeta será trasladado desde la casa museo de Isla Negra donde descansaba, hasta Santiago de Chile, donde un equipo nacional e internacional lo analizará en búsqueda de substancias extrañas.

Mario Casasús, el más destacado investigador de la muerte de Pablo Neruda, nos aclara en esta entrevista, algunos puntos oscuros de la historia, pero sobre todo, denuncia las responsabilidades de los que tenían el deber moral, político e institucional de preservar el legado del vate chileno y que por conveniencias políticas y por codicia no lo hicieron: la esposa de Pablo Neruda en aquel entonces, y la Fundación Neruda en la persona de su presidente.

 

Mario, antes que todo, vamos a comenzar con el título del libro, ¿por qué “El doble asesinato de Neruda”?

El presunto asesinato biológico ocurrió el 23 de septiembre de 1973, en la víspera del viaje de Neruda a México, todo estaba preparado: el avión, los salvoconductos, el equipaje, los libros y documentos notariales de la Fundación Cantalao que Neruda diseñó en 1973, por cierto el gobierno de México había decidido respaldar económicamente el proyecto del poeta para becar a jóvenes escritores y artistas latinoamericanos. Sin duda, Neruda sería la figura clave en el exilio chileno, convocaría a sus amigos intelectuales y políticos de todo el mundo, imagino que también trabajaría con las autoridades mexicanas una estrategia para proteger sus derechos de autor, sus bienes inmobiliarios y el cumplimiento del que fue  su verdadero testamento político: Cantalao

El “doble asesinato de Neruda” hace referencia  al secuestro del legado, a la traición cometida por Juan Agustín Figueroa respecto al incumplimiento de la última voluntad del poeta, al asesinato de su espíritu e imagen, a la prostitución de la Fundación Neruda con lo peor del pinochetismo. Previo al Centenario de Neruda (2004), la Fundación decidió invertir sus derechos de autor (2.3 millones de USD) en la empresa Cristalerías Chile, propiedad de Ricardo Claro – quien fue asesor de Pinochet desde el 12 de septiembre de 1973,  coordinador de la visita de Kissinger a Chile en 1976, patrocinador de los servicios de inteligencia de la dictadura y facilitador de dos barcos de su compañía Sudamericana de Vapores como centros de traslado y tortura. Otro caso que demuestra el nulo compromiso con la poesía e ideología del poeta que tiene la  Fundación Neruda es cuando esta avaló  la falsificación de tres libros: la Antología Popular de 1972, Los Cuadernos de Temuco y los Discursos parlamentarios.

Podría pasar todo el día enumerando las irregularidades financieras y denunciando el perfil político de la Fundación, pero aquí quisiera mencionar la noticia más nefasta de este año: la Fundación Neruda humilló a los trabajadores del Sindicato de Isla Negra, La Sebastiana y La Chascona que se habían ido a la huelga por mejoras salariales amenazándolos  con despidos masivos y de sustituirlos con aparatos de audio-guías.

La Fundación Neruda representa entonces la antítesis de todo  lo que fue el poeta: Neruda promovió ante el gobierno de Salvador Allende la creación de la Universidad Mapuche, pero el presidente vitalicio de la Fundación Neruda, quien además es abogado  y rico latifundista, ha sido quien ha pedido y logrado que la Ley Antiterrorista, herencia de la dictadura, fuera aplicada en los juicios contra los mapuches en 2003; Neruda invitó a los rectores de las universidades chilenas, a los sindicatos y a la Sociedad de Escritores para que administraran su fundación, en cambio Juan Agustín Figueroa invitó a su esposa, a su hermana, a su mejor amigo, a un abogado del despacho Figueroa & Asociados, convirtiendo la Fundación en el fundo privado del latifundista Juan Agustín Figueroa.

 

¿Qué expectativas tienes respecto a la exhumación del cuerpo de Pablo Neruda?

Los exámenes forenses buscarán determinar dos cosas: la presencia de medicamentos y substancias tóxicas, aunque  40 años después sea poco probable.  El  juez, además,  todavía no ha decidido si enviar algunas muestras a los laboratorios más avanzados del mundo,  por ejemplo en Suecia, Suiza y Canadá. Los  abogados querellantes Eduardo Contreras y Rodolfo Reyes lo han solicitado, pero el juez no ha emitido su fallo-, es decir, por el momento el equipo forense lo integran 4 chilenos y 4 extranjeros, sin embargo deberían incluir a los científicos de Suecia, Suiza y Canadá para mejorar las posibilidades técnicas de los laboratorios. Estoy convencido que mientras más científicos participen en la investigación forense tendremos más posibilidades de llegar a la verdad.

El segundo objetivo, viable en cualquier país, sería ubicar la metástasis del cáncer en la pelvis derecha. Nosotros creemos que el cáncer de Neruda estaba controlado después de dos operaciones en Francia y 56 sesiones de radioterapia de cobalto aplicadas en Valparaíso en 1973.

La radiografía de Neruda del 6 de diciembre de 1972 describe una pelvis normal; Matilde Urrutia dijo que el pronóstico de vida de Neruda era de 5 a 6 años –a partir de las operaciones en Francia. Resulta significativo que le realizaran la segunda operación, nunca se hubiera realizado si el cáncer hubiera estado ramificado. El 19 de septiembre de 1973, al ingresar Neruda a la Clínica Santa María,  los médicos dieron el pronóstico de un año de vida, es decir, el golpe de Estado efectivamente había afectado al poeta quien también padecía una complicada infección urinaria (lo sabemos por los exámenes de orina que están en el expediente judicial). La pregunta entonces sería: ¿Por qué murió Neruda en la víspera del exilio?, ¿de qué falleció el poeta?

El certificado de defunción reporta: “caquexia cancerosa”, un síndrome de extrema desnutrición, estado catatónico y perdida de facultades motoras e intelectuales. El problema es que el boletín de prensa y el certificado de disfunción redactados por la clínica no son compatibles entre sí. En el primer documento se hace  referencia a un “paro cardiaco” y ese  boletín de la clínica fue retomado por El Mercurio: “El poeta Pablo Neruda falleció anoche víctima de un paro cardiaco que provocó el deceso a las 22.30 horas. Se informó que al momento de su muerte lo acompañaban su esposa, Matilde Urrutia, y su hermana Laura. El vate chileno había sido internado en estado grave en la mencionada clínica el sábado (22). Posteriormente a consecuencia de un shock sufrido luego de habérsele puesto una inyección su gravedad se acentuó” (24/09/1973).

 

¿Qué impresión te causó Manuel Araya, el chofer de Neruda? La primera declaración pública de sus sospechas respecto al asesinato de Neruda al parecer la hizo en 2004. ¿Por qué tantos años  después de la muerte del poeta?

Manuel Araya fue detenido y torturado el 23 de septiembre de 1973 y su hermano,  Patricio Araya,  fue detenido y desaparecido el 12 de marzo de 1976, creemos  para enviarle un mensaje al chofer de Neruda o porque lo confundieron con  Manuel. El 6 de febrero de 1977, murió por consecuencia de una golpiza Homero Arce. El era  secretario y amigo del poeta, un policía lo entregó  a los organismos de inteligencia, lo arrestaron y al ponerlo en libertad falleció en el Hospital Barros Luco. El doctor Francisco Velasco –copropietario de la casa de Neruda en Valparaíso– fue torturado en el barco El Lebú, los marinos sabían quién era, se burlaron de su amistad con el poeta.  El restaurador de las casas de Neruda, Jaime Maturana,  fue torturado en Villa Grimaldi y tiene dos hermanos detenidos desaparecidos por la dictadura. En resumen: hubo un cerco represivo en contra de los amigos y colaboradores más cercanos de Neruda. Don Manuel Araya denunció en 1974 el asesinato de Neruda ante la viuda Matilde, pero ella  no le hizo caso. Recordemos que no había prensa independiente durante la  dictadura. Don Manuel había quedado aislado y atemorizado.

Con el retorno de la “democracia”, Don Manuel insistió en denunciar el asesinato de Neruda, pero nadie lo tomó en serio: el primer  gobierno de la Concertación había pactado  con Pinochet y el  segundo gobierno de la Concertación  lo había rescatado  del juicio en Madrid, resultó por lo tanto  inútil hacer la denuncia. La fecha que citas, 2004,  está comprobada por partida doble: el periódico El Líder –del puerto de San Antonio– en 2004 publicó la denuncia de Ayala que fue retomada en mayo de 2011 por la revista Proceso. Entonces  nadie le hizo caso porque  toda la prensa cultural  estaba enfocada en el Centenario de Neruda. Si  bien El Líder es un diario regional que pertenece a la cadena de El Mercurio, que envía despachos a las agencias de prensa de todo el mundo, El Mercurio entonces  no hizo nada para difundir la exclusiva mundial.

El segundo documento que prueba la fecha de 2004 es una carta de respuesta de la oficia de Ricardo Lagos (el tercer gobierno de la Concertación que continuó con el legado de Pinochet), donde niegan a Manuel Araya audiencia con el presidente de Chile, por “problemas de agenda”.

Le creo a Don Manuel Araya, lo he confrontado en vivo y por teléfono, he seguido la pista a todas sus declaraciones y en lo fundamental no miente, tampoco se ha equivocado en las fechas y circunstancias de noviembre de 1972, a septiembre de 1973.

 

¿Cuál era la última voluntad de Pablo Neruda?, ¿en qué consistía la fundación diseñada por Neruda?

Annalisa, voy a citar textualmente lo que escribí para El doble asesinato de Neruda:

“Los estatutos de la Fundación Cantalao –publicados íntegramente en el capítulo final de este libro– puntualizan cada uno de los términos, cláusulas y artículos transitorios para la ‘Fundación de Beneficencia cuyo objeto será la propagación de las letras, las artes y las ciencias, en especial en el litoral comprendido entre San Antonio y Valparaíso.  En el artículo quinto –relativo al Consejo Directivo y Ejecutivo­– la fundación se compondrá de 7 miembros: a) dos representantes de Pablo Neruda, b) los rectores de la Universidad de Chile, de la Universidad Católica y de la Universidad Técnica del Estado, o las personas que en su representación designen, c) un representante de la Central Única de Trabajadores  y d) un representante de la Sociedad de Escritores de Chile”. (Notaría pública de Casablanca; Región de Valparaíso, 1973).

El Directorio de la Fundación Cantalao refleja la pluralidad de voces, el afán académico y el perfil político que deseaba Neruda para la administración de sus derechos de autor, biblioteca y bienes inmobiliarios. Era su testamento, legalizado ante un Notario Público de Casablanca, en la Región de Valparaíso. La Universidad de Chile aceptó la encomienda: “El Comité  Directivo Superior de la Universidad de Chile había adoptado, el 9 de mayo de 1973, la decisión de participar en la Constitución de la entidad denominada Cantalao” (Neruda. Las furias y las penas, 2008). Las instalaciones de la Fundación Cantalao incluirían “dependencias para huéspedes, un teatro, espacios abiertos y cerrados para exposiciones de cerámica y esculturas, un acuario y un establecimiento para la exposición permanente de conquiliología” (Notaría de Casablanca; Región de Valparaíso, 1973).

 

Entonces, ¿qué fue del testamento de Neruda?

Vuelvo a citar lo que escribí en El doble asesinato de Neruda: “Las contradicciones de Matilde sobre la herencia del poeta están a la vista: “El 11 de septiembre de 1973, el abogado Sergio Insunza llegaría con los estatutos de la Fundación Pablo Neruda, con el testamento de Pablo”, escribe al inicio de sus memorias. Luego se retracta: “Pablo no dejó testamento” (Mi vida junto a Pablo Neruda, 1986). Aída Figueroa (hermana de Juan Agustín Figueroa y esposa de  Sergio Insunza, abogado de Neruda y ministro de la Justicia del gobierno de Salvador Allende)  cometió una indiscreción –en 1974– al deslindar los trámites realizados por su esposo Sergio Insunza, el abogado de Neruda: “Había hecho un testamento, que estaba redactado. Faltaba sólo afinarlo y darle forma legal” (Funeral vigilado, 1978). Atando los cabos sobre la posesión efectiva de la herencia del Nobel chileno, queda una duda: ¿Neruda dictó testamento y lo han ocultado, al igual que los estatutos de Cantalao?”.

 

¿La Fundación Neruda está preservando la herencia material e inmaterial del poeta?

No, la Fundación Neruda es  la metáfora de la transición chilena: reivindican al pinochetista Ricardo Claro, lucran con el legado y  lo prostituyen al extremo del absurdo: la Fundación Neruda autorizó al corrupto empresario Ángel Maulén el   seudónimo para la lujosa cadena de Hoteles Neruda en Santiago y Viña del Mar, la Fundación autorizó al corrupto empresario Sebastián Piñera el seudónimo para la Sala NERUDA VIP de LAN Chile, la Fundación es un burdel cultural para los turistas europeos y norteamericanos, les venden de todo un poco, como vino tinto Neruda, chocolates Neruda, ropa Neruda, postales con la foto de Neruda, llaveros y otros artículos de la miscelánea privada de Juan Agustín Figueroa.

La Fundación Neruda no respeta la última voluntad del poeta y hasta se burla de su legado. Lee lo que dijo Juan Agustín Figueroa: “Cuando Matilde quiso darle forma jurídica a la fundación recurrió a mí; ahora, se conservaban algunos borradores de las ideas primitivas de Pablo con respecto a la fundación” (La Nación 09/06/2005). ¿Idea primitiva?, el Consejo de Administración de la Fundación Cantalao es vanguardista, plural y académico.

Annalisa, lee lo que dijo el director de la Fundación Fernando Sáez: “La Fundación Cantalao no se alcanzó a firmar, nunca tuvo personalidad jurídica ni legalidad, porque fue una idea que tuvo Neruda al final de sus días” (El Dínamo 13/02/2013). El 11 de septiembre de 1973 Neruda recibiría los documentos de la personalidad jurídica de la Fundación Cantalao, Homero Arce hizo las diligencias en La Moneda y el presidente Salvador Allende hubiera ido a Isla Negra de no ser por la sedición golpista, decir que el testamento político de Neruda “nunca tuvo personalidad jurídica ni legalidad”, es anular la historia y reivindicar el “orden legal” impuesto por Pinochet. Es la cereza del pastel, cada vez que abre la boca algún funcionario del Fundo Neruda queda en evidencia su perfil neoliberal y pinochetista.

 

¿Qué papel ha jugado desde el 23 de septiembre la viuda de Neruda, Matilde Urrutia?, ¿qué opinión tienes de ella en base a tus estudios?

El gran aporte de la denuncia de Manuel Araya ha sido que por primera vez se han confrontado todas las versiones sobre los últimos días de Neruda con las irregularidades, las imprecisiones, los errores y las mentiras de Matilde Urrutia. Durante la dictadura, Matilde entró y salió de Chile sin problemas, ningún opositor al régimen de Pinochet tenía el privilegio de viajar por el mundo y regresar a Chile tranquilamente. Estoy convencido que Matilde Urrutia negoció con la dictadura y  a cambio de su silencio le permitieron vivir en Chile: la viuda confesó sus sospechas sobre el asesinato de Neruda solamente a dos personas de su confianza: a la enfermera chilena Rosita Núñez y al periodista español Luis María Ansón.

No podemos confiar en las memorias póstumas de Matilde Urrutia, el poeta Gustavo Adolfo Becerra , secretario de la viuda de Neruda entre 1983 y 1984, por ejemplo, no reconoce la “paternidad” de las memorias póstumas de Matilde que él redactó y  asegura que los directivos de la Fundación Neruda cambiaron el título,  que explica muchas cosas por sí mismo: “No nací para ser entendida en tinieblas” (1986), en su lugar le pusieron algo tan cursi como: “Mi vida junto a Pablo Neruda” (1986). La primera edición de ese libro salió en noviembre de 1986, Matilde murió el 5 de enero de 1985; el margen de maniobra para hacer modificaciones en las memorias póstumas de Matilde fue de un año y diez meses, plazo incomprensible si tomamos en cuenta que las memorias póstumas de Neruda salieron el 23 de marzo de 1974, seis meses después de la muerte del poeta, y  en ambos casos, los manuscritos tenían como agente literaria a Carmen Balcells. Las  memorias de Matilde debieron salir seis meses después de su fallecimiento, no con dos años de diferencia.

La historia oficial de la Fundación Neruda está basada en las memorias póstumas de Matilde Urrutia, pero no nos han permitido leer el manuscrito original escrito por Gustavo Adolfo Becerra.

 

¿Qué tipo de cobertura ha tenido la exhumación de Neruda por parte la prensa chilena?

La prensa chilena ha omitido que la familia Reyes –representada legalmente por Rodolfo Reyes, sobrino directo de Neruda, se adhirió a la querella para esclarecer el presunto asesinato del poeta, (el 99% de la familia Reyes ha respaldado la exhumación de Neruda)  y ningún medio chileno ha reportado que  Rodolfo Reyes le impidió la entrada a cualquier directivo de la Fundación Neruda para ser testigos de la exhumación. Fue una ceremonia solemne, guardaron 5 minutos de silencio, los familiares de Neruda cargaron el ataúd y lo envolvieron en una bandera de Chile. El único detalle negativo fue que los 8 peritos forenses aceptaron la invitación para ir a cenar a la Hostería Santa Elena, propiedad de la testigo clave de la Fundación Neruda, la folklorista Charo Cofré. Al escuchar la pésima noticia, recordé cuando a los jurados internacionales del Premio Iberoamericano Neruda los hospedaban en el Hotel Neruda de Providencia, uno de los jugosos negocios de Juan Agustín Figueroa.

 

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