!El Primero de Mayo por un nuevo Internacionalismo!

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Chicago 1886

Un momento de reflexión: en Colombia es un 1 de mayo de sangre, como siempre. ASESINADO DANIEL AGUIRRE dirigente sindical de los corteros de caña de Colombia, país en el que son asesinados el 60% de los sindicalistas asesinados en el mundo. HASTA CUANDO?

 

Entrevista a Salvatore Ricciardi* por Annalisa Melandri**

especial para La Pluma  (especial 1 de Mayo)

A.M. — Salvatore, ¿qué ha representado en los años pasados para los trabajadores italianos la fiestas del  Primero de Mayo?

S.R. — Recordar el  1 de mayo y lo que ha significado para los obreros, es hoy un recuerdo amargo. Estos son años en los que la ofensiva capitalista-neoliberal trata de destruir las conquistas obtenidas por los trabajadores en las décadas anteriores.

Es aun más amargo recordarlo, porque las organizaciones sindicales más grandes, en lugar de organizar un frente de lucha para defender estas conquistas y reaccionar  respecto a los  objetivos de los obreros, contrariamente han retrocedido cediendo el paso a las exigencias de las ganancias capitalistas, destruyendo los símbolos y avances conseguidos por los obreros durante los últimos 100 años. Para los trabajadores italianos, y no solamente   para ellos, el 1 de mayo ha representado el símbolo del rescate obrero. No tener que soportar más y bajar la cabeza;  no quitarse el gorro al paso del “patrón”; no temblar frente al “capataz”; no tener que esperar que un “mejor mañana” fuese solamente el fruto de la providencia, sino conquistarlo con la lucha diaria. Pero  sobre todo ha representado la toma de conciencia de que ningún obrero  solo puede lograr conquistas,  sino que todos unidos y organizados pueden ser una fuerza incontenible de transformación social.

A.M. – ¿Se puede decir entonces que el Primero de Mayo era  un  momento de reflexión pero también de orgullo por las conquistas obtenidas?

S.R. — Recuerdo la dureza de la posguerra italiana, yo era muy joven. Ciudades destruidas, paisajes de escombros sembrados por esa guerra desgraciada y cobarde que había dejado odio, malestar  e incomodidad entre los hombres y las mujeres. Las condiciones laborables eran durísimas. El horario laboral superaba largamente  las “ocho” horas. Fueron precisamente aquellas “ocho horas” una de las principales  reivindicaciones de las luchas del 1 de mayo.  Solo una cosa podía fascinarnos a nosotros los jóvenes: la posibilidad de cambiar esta situación, de construir una sociedad en la que la barbarie que había destruido vidas y ciudades y que todavía nos masacraba no tuviera más espacio. Esa barbarie para nosotros tenía un nombre bien preciso: capitalismo; solo restaba una sola posibilidad frente a nosotros: la organización de los trabajadores y la lucha de clases. Esta esperanza tenía un símbolo: el Primero de Mayo.   

No era retórica, nos animaba  el significado mismo del Primero de Mayo, las luchas y el altísimo precio pagado para lograr estas victorias.  Pero nos daba fuerza también la testarudez  de los que no se rendían ante los abusos y explotación de los patrones ni frente al fuerte poder de los aparatos militares al servicio de ellos. Mirábamos el pasado para encontrar la fuerza y seguir adelante. En nuestro imaginario veíamos con admiración las marchas  organizadas  en los Estados Unidos por los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor),  una de las primeras asociaciones de trabajadores asalariados.  La masacre perpetrada por la policía de todos los poderosos del mundo contra los manifestantes que se habían reunido en Chicago, en Haymarket Square, el 3 y el 4 de mayo, asesinando multitud de obreros. Sin embargo no se bajó la cabeza; al año siguiente en 1887, en muchos países se organizaron encuentros obreros con el propósito de crear un frente de oposición a la represión; fue escogida la fecha del 1 de mayo para convocar huelgas y marchas buscando como objetivo la reducción del horario laboral a ocho horas. Hubo enfrentamientos  y detenciones en todas partes; en los Estados Unidos fueron condenados a muerte siete sindicalistas “culpables” de ser los organizadores del encuentro obrero de Chicago. Para la ley estadounidense la huelga general era “ilegal” (aún hoy para la ley de EEUU la huelga general es ilegal. En oposición a esta ley liberticida el 1 de mayo próximo, 2012, los movimientos de lucha en EEUU (occupy) convocarán a una huelga general-ilegal).  Siete camaradas, dirigentes obreros, fueron condenados a muerte  (August Spies, Michael Schwab, Samuel Fielden, Albert R. Parsons, Adolph Fischer, George Engel e Louis Lingg). August Spies, en nombre de todos, antes de morir pronunció estas palabras: “¡Llegará el día que nuestro silencio será más poderoso que las voces que ustedes hoy van acallar con la muerte!”

A.M. ¿Desde entonces hasta ahora esencialmente qué ha cambiado y como se ha modificado la forma de la celebración del Primero de Mayo?

S.R.- El poder capitalista había mostrado su cara feroz, pero el movimiento no había retrocedido, rebelándose frente a esta  brutalidad. En la ciudad de Livorno y en otras ciudades europeas, los trabajadores de los puertos,  los marineros y la población asaltaban los  buques estadounidenses, destruyéndolos.

En un volante difundido en Nápoles el 20 de abril de 1890 se leía: “¡Obreros recuerden celebrar el 1 de mayo!  En ese día los obreros del mundo, conscientes de sus propios derechos, dejarán el trabajo para demostrar a los patrones que, no obstante la distancia y las diferencias de nacionalidad, raza, y lengua, los proletarios están de acuerdo  en querer mejorar su propia condición y conquistar frente a los indolentes el puesto que por derecho le corresponde a quien trabaja. ¡Viva la revolución social! ¡Viva la Internacional!” 

La extraordinaria participación de los obreros a las marchas de ese año ganó sobre la timidez de los vértices y obligó a los dirigentes de la Internacional a declarar el 1 de mayo “fiesta de los obreros en todos los países”.

En Italia el horario de trabajo diario fue fijado en ocho horas en 1923 (decreto real n° 692/1923).

Durante el fascismo la fiesta del 1 de mayo fue cancelada. Sin embargo,  no se detuvieron las marchas convocadas clandestinamente, con represión y detenciones. Después de la segunda guerra mundial, derrotado el régimen fascista la fiesta fue reintroducida, en un país destruido por tensiones sociales y políticas. El 1 de mayo de 1947 en Sicilia se organizó en Portella de la  Ginestra (provincia di Palermo) una marcha contra los latifundistas vinculados al régimen fascista y el clero por

la reivindicación de la tierra para los campesinos. Los obreros fueron reprimidos violentamente por bandas criminales al servicio de los latifundistas y por los servicios secretos de los Estados Unidos, que intentaron amedrentar los obreros agrícolas e impedir la difusión de las organizaciones comunistas y socialistas. Hubo numerosos muertos.

 A lo largo de las décadas 60 y 70 el 1 de mayo ha sido el momento en donde el nuevo movimiento obrerose presentaba en las calles proponiendo una perspectiva revolucionaria, a menudo contrastado por  las organizaciones oficiales siempre más partidarias del sistema vigente.

De la manera como actualmente están involucradas con el sistema capitalista  y en su afán colaboracionista con el poder empresarial la CGIL, la GIL, la CISL y la UIL, confederaciones oficiales mayoritarias  y colaboracionistas con el poder empresarial, han destruido el valor simbólico del 1 de mayo: Hoy este día de lucha ha sido  degradado a escuálido espectáculo musical en la plaza más grande de Roma.

Un gran show mediático con artistas, políticos y la participación de muchos jóvenes pero carente de la sustancia de lucha, de reivindicaciones obreras y del orgullo proletario que debería tener.

A.M.-  ¿Se puede todavía hablar de clase obrera, con las nuevas formas modernas de trabajo precario y preguntarnos sobre todo si aún existe la conciencia de clase?

S.R. — La clase obrera no se puede encasillar en una categoría sociológica. Tampoco se puede afirmar que dicha clase ha desaparecido porque los contratos  laborales asumen, nominalmente, un espectro amplio de tipologías. Obreros, son aquellos que producen todo lo que existe, sean mercancías “materiales” o “inmateriales”, no hay diferencia alguna. Obreros son aquellos a quienes se les extrae su capacidad laboral, y esta es utilizada por los propietarios de los  medios de producción (los capitalistas) para obtener ganancias. La clase obrera puede volverse sujeto de transformación social si toma conciencia de su propio rol determinante y proyecta una sociedad donde los trabajadores puedan asociarse libremente entre sí, liberándose de jefes y patrones, y producir con tiempos y modalidades proporcionales a la dimensión humana  que necesitamos todos.  

¿En qué punto se encuentra la conciencia de clase hoy? En este y en otros países capitalistas, la ofensiva neoliberal de las últimas décadas ha hecho que la conciencia y la organización de la  clase obrera retrocedieran. Pero  la crisis capitalista actual, demuestra que  si los obreros  bajan la cabeza, si dejan la lucha, será peor para ellos. Quien está obligado a trabajar por un salario no tiene ninguna opción de mejorar su condición dentro de las posibilidades capitalistas,  solamente organizándose y luchando contra  el capitalismo y el imperialismo, logrará el obrero imponer sus intereses.

Concierto en Roma del 1 de Mayo

A.M. ¿Cuáles son los nuevos desafíos y las tareas de la clase obrera de hoy y de la izquierda en Italia? ¿Y en Europa?

S.R. — Hallar  la unidad en torno a los intereses de clase, unidad que ha sido  fragmentada a causa de falsas ideologías suministradas  por el patrón y sus medios de comunicación. No tenemos que dividirnos sobre la base de la tipología contractual, (trabajo a proyecto, trabajo de llamada individual, tiempo parcial, a contrato determinado, de aprendizaje,  etc.) de lo contrario nos volvemos corporativos y seremos más débiles y perdedores. Es este el enemigo que obstaculiza la recomposición de clase: el corporativismo. Recordemos que el corporativismo ha sido producido por el fascismo para dividir los obreros, disgregar las organizaciones obreras y llevar el país a una guerra devastadora. Otra falsa ideología que tenemos  que desenmascarar  es la de hacernos creer que la economía de un país mejora gracias a  los sacrificios de la clase obrera y que luego  dicha mejoría beneficiará a los obreros también. ¡Esa es una gran  mentira! Una reactivación de la  economía capitalista, o sea de las ganancias de los capitalistas, siempre volverá a estos más fuertes y con más  poder para subyugar a  los obreros y  al pueblo. Los intereses de los obreros tendrán que debilitar las fuerzas de los patrones, del capitalismo, del imperialismo, reducir las ganancias, para que sean más débiles y preparar el campo para acabar con ellos. ¿La deuda de los Estados? ¡Otro fraude!  Nosotros los obreros no tenemos que cargar con las deudas de los Estados. Tenemos que defender  nuestros  intereses y no correr detrás del desarrollo capitalista; tenemos que detenerlo antes que éste destruya nuestras vidas y el planeta entero. ¡Podemos detenerlo solamente uniendo y organizando las fuerzas del trabajo de todo el mundo en un nuevo internacionalismo!

 

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Salvatore Ricciardi, nació en  1940 en un barrio proletario de Roma, frecuentó el Instituto Técnico Industrial. Después de haber desempeñado diferentes trabajos en varios sectores, empieza a trabajar en el sector de la construcción y a desempeñar paralelamente la actividad sindical. 1962–63, fueron  los años de las duras  y violentas huelgas y enfrentamientos con la policía,  años del “rescate obrero” después de los golpes recibidos durante el fascismo y en la  posguerra. Ingresa luego como técnico  a los Ferrocarriles del Estado (Ferrovie dello Stato FS), y se dedica completamente a la actividad sindical. Militante del Sindicato de la Ferrovía de la  Cgil (Sfi-Cgil) adhiere a la izquierda sindical comprometida tratando de detener la deriva colaboracionista del mayor sindicato, la Cgil. En 1969, el enfrentamiento entre la derecha y la izquierda de la Cgil se torna cada vez más álgido , hasta llegar a la ruptura. Es entre los organizadores del Comité Unitario de Base (CUB) de los ferrocarrileros de Roma, un organismo autorganizado que luchaba por los reales intereses de los trabajadores del ferrocarril  y no por colaborar con la compañía FS (a cambio de puestos de trabajo en el Consejo de Administración). En el verano de 1971 el CUB ferrocarriles de Roma organizó una huelga para la reducción del horario de trabajo que paralizó completamente el tráfico  ferroviario con una participación extraordinaria. Los organismos de base se difundieron en todos los puestos de trabajo y en los barrios proletarios del país. Esta red de comité puso a la orden del día la “transformación revolucionaria del orden existente”. Era entonces necesario organizar instrumentos adecuados al enfrentamiento de poder. Surgieron diferentes organizaciones, Salvatore adhiere a la organización comunista combatiente de las  Brigadas Rojas. En mayo de 1980 lo detuvieron y condenaron a  cadena perpetua. En las cárceles de máxima seguridad organizó insurrecciones e intentos de evasiones. Durante  los años 80 ese movimiento revolucionario fue derrocado. Después de 30 años de cárcel (20 años de cárcel de máxima seguridad y  10 en régimen de semilibertad y libertad condicional) en 2010 reconquista la definitiva y total libertad. Actualmente  trabaja en una librería y en la redacción de una radio comunitaria (Radio Onda Rossa). En 2011 la editora Derive e Approdi publicó su primer libro Maelstrom, “imágenes de revuelta y autorganización de clase en Italia desde 1960 hasta 1980”.  

 

*Annalisa Melandri especial para La Pluma

www.annalismelandri.it

*Annalisa Melandri, periodista independiente, activista por las defensa de los derechos humanos. Colaboradora de la Pluma


Salvatore Ricciardi: Maelstrom

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Vi raccontavo tempo fa che avevo salvato dalla spazzatura e regalato ad un caro amico una raccolta del quotidiano il manifesto dal 1971 al 1986.  Buona parte di quel materiale  ha completato  la stesura  di questo libro e continua ad essere messo a disposizione sulle pagine del sito ad esso collegato. (AM)

Sì, sì! e io la inseguirò oltre il Capo di Buona Speranza, oltre il Capo Horn, oltre il Maelstrom di Norvegia e oltre le fiamme della perdizione prima di arrendermi. Ed è per questo che vi siete imbarcati marinai! Per dare la caccia a quella Balena Bianca sulle due sponde del continente e in ogni angolo del mondo, fino a che non sfiaterà sangue nero e non avrà le pinne all’ aria. Cosa ne dite, marinai, volete mettere le mani su tutto ciò oppure no?

 Herman Melville, Moby Dick

Maelstrom di Salvatore Ricciardi - Scene di rivolta e autorganizzazione di classe in Italia dal 1960 al 1980

(DeriveApprodi, pp 369, euro 22).

Recensione di Marco Clementi - il manifesto 3 luglio 2011

Maelstrom di Salvatore Ricciardi, è un salto nella storia sociale e politica del nostro paese vista con gli occhi di chi, per un quindicennio, ha tentato di mutarne gli assetti istituzionali ed economici. Il sottotitolo è esplicativo: si tratta di «scene di rivolta e autorganizzazione di classe in Italia dal 1960 al 1980» (DeriveApprodi, pp. 369, euro 22).

Ricciardi è stato un militante delle Brigate rosse, ma il suo non è l’ennesimo libro di ricordi sull’organizzazione armata, «versione del militante» che racconta in soggettiva il proprio cammino. L’autore prova a ricostruire, intrecciando ricerca storica e sociologica, il percorso di almeno due generazioni, trovando negli anni Sessanta i prodromi di quello che poi sarebbe accaduto nel decennio (altro…)